El Lunes 11, visitamos la Planta de Reciclaje, Compostaje y Biometanización "Sierra Sur de Jaén", donde coincidimos con futuros Monitores de Medio Ambiente, alumnos de la Universidad Popular.


El objetivo principal de esta instalación, es bien en forma de reciclaje o valorización evitar los vertidos incontrolados y reducir la cantidad de los controlados. Apuntando en lo que ya nos explicaron en la charla sobre olivar sostenible, uno de los mayores problemas medioambientales es la erosión. Una catástrofe natural suele ser reversible, pero la erosión no; el compostaje puede ser una vía de mitigación a la que se añade que no contamina los acuíferos.
Estas instalaciones de RESUR reciben los residuos del antiguo contenedor gris, ahora verde a petición de los ayuntamientos del medio rural para minimizar el impacto visual y paisajístico.
El proceso consta de varias etapas. En la primera se produce el triaje primario; se recuperan aquí grandes elementos como colchones, bicicletas e incluso nos cuentan la anécdota del avestruz encontrado en la planta de Linares. Gracias al seguimiento que se hace por GPS del recorrido de los camiones y viendo las horas tanto de recogida como de descarga se puede identificar el origen de un residuo, incluso, hasta el contenedor de procedencia.
La segunda etapa consiste en la rotura de bolsas y cribado. Para ello utilizan un Tromel, que podríamos describirlo como una criba gigante con forma de rulo con cuchillas; despedaza las bolsas y la materia orgánica que pasa por los agujeros de 90mm.. En un proceso posterior y mediante una mesa densimétrica que insufla aire por la parte baja, se produce el "afino" por Tromer de 20mm.

Como es natural, no todo se puede recuperar, reciclar o valorizar, por lo que existe generación de rechazos que se eliminan mediante vertidos controlados en vaso. Para ello se acondiciona el terreno, se canaliza la evacuación de lixiviados, se impermeabiliza y se llena el compactando con la "Tana", una máquina que multiplica la capacidad del mismo. Cuando está completo se cubre con tierra y se reforesta, dejando chimeneas para la salida de los gases que se pueden producir. No se abandona a su suerte una zona clausurada de vertido, se vigila durante veinte años tomando muestras de diversos parámetros.
Una parte de la materia orgánica se utiliza para producir biometano y a su vez electricidad, otra se dedica al compostaje todo tras un proceso anaeróbico o aeróbico respectivamente.

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